Encontrando familia en la jungla
Me llamo Omer y soy guía turístico en Panamá. Pero eso es solo el título; creo que lo que realmente hago es conectar a las personas: con la naturaleza, con la cultura y entre sí. Una de las conexiones más significativas que he forjado desde que llegué a este país es con la comunidad emberá de Parara Puru. Lo que empezó como una visita turística se ha convertido en una profunda amistad personal, algo así como una segunda familia. Esta es la historia de cómo se forjó ese vínculo y por qué significa tanto para mí.
La primera visita – 2009
La primera vez que visité al pueblo Emberá fue en 2009. En aquel entonces, era solo un turista, explorando Panamá como cualquier otra persona: curioso, ansioso y sin comprender realmente adónde me estaba metiendo. El paseo en bote río arriba, la exuberante vegetación de la selva y las sonrisas acogedoras de los habitantes emberá me dejaron una profunda impresión. Pero entonces no me di cuenta de lo importante que sería este encuentro en mi vida.
Ese soy yo, en el pueblo con un mono rescatado, 2009
De turista a local – 2017
En 2017, me mudé a Panamá definitivamente. En ese entonces, ayudaba a mi hermano con su negocio, y mi vida giraba más en torno al trabajo que a la exploración. Pero siempre que venían amigos o familiares de visita, los llevaba a ver a los emberá en Parará Puru. Regresé no como un extraño, sino como alguien que poco a poco se integraba al paisaje. La familiaridad empezó a crecer.
Cada visita revelaba algo nuevo, no solo sobre los Emberá, sino sobre mí. Me fascinaba la naturalidad con la que se desenvolvían por el mundo, cómo su vida cotidiana se entrelazaba con la naturaleza, la naturalidad con la que recibían a los visitantes y los hacían sentir como en casa. Aun así, yo estaba desde fuera, mirando hacia dentro. Eso cambiaría en 2023.
Una de mis primeras visitas como residente panameño, 2017
2023 – El año de la conexión
En 2023, me convertí oficialmente en guía turístico. Era una decisión que llevaba tiempo gestando: el anhelo de compartir la belleza y el alma de Panamá con otros. Y fue entonces cuando mis visitas a Parará Puru se hicieron más frecuentes. Ya no venía cada pocos meses; venía cada semana.
Y ahí fue cuando todo cambió.
Cuando visitas a alguien con frecuencia, empiezan a derrumbarse las barreras. Pasas de ser un invitado a ser un amigo. El pueblo emberá de Parara Puru empezó a abrirse a mí de maneras que iban más allá de la hospitalidad. Me recibieron en sus casas, sus cocinas, sus historias. Me preguntaron sobre mi vida, mis tradiciones, mi cultura, y yo les pregunté sobre las suyas. Intercambiamos no solo palabras, sino significado.
Aunque venimos de entornos completamente diferentes (países diferentes, religiones diferentes, formas de vida diferentes), sentí algo raro cuando estaba con ellos: sentí que pertenecía.
Empezando a conocer a los aldeanos, 2023
El sentimiento de pertenencia
Es difícil explicar con exactitud qué es. Quizás sea la comida, fresca y preparada con cariño. Quizás sea la forma en que te miran a los ojos cuando hablan. Quizás sean las historias que cuentan, transmitidas de generación en generación. O quizás sea la selva misma: la sensación de un aire denso pero apacible, el sonido del río al serpentear junto al pueblo, la forma en que el tiempo parece detenerse cuando estás allí.
Cuando estoy en Parara Puru, no me siento como un visitante. Siento que he llegado a un lugar significativo. Un lugar real. La selva tiene una magia propia. Me cautiva, me relaja, me llena de algo difícil de encontrar en otro lugar. Quizás sean los colores: verdes intensos, marrones terrosos, estallidos de flores tropicales. Quizás sean los sonidos: el canto de los pájaros, el susurro de las hojas, el agua goteando sobre las rocas. O quizás sea algo más: la forma en que la gente vive sin nada artificial, sin nada excesivo, solo el ritmo de la naturaleza.
La naturaleza es su brújula. Les dice cuándo plantar y cuándo cosechar. Los alimenta, los cobija, los sana. No solo rodea sus vidas; es su vida. Y cuando estoy allí, me siento seguro. Me siento arraigado. Me siento en casa.
Y sin embargo... no es mi hogar. Ni por nacimiento ni por cultura. Pero me hacen sentir como si lo fuera. Me aceptan como soy, y eso es algo difícil de expresar con palabras.
Sentirse en casa con Ale, 2024
¿Por qué soy guía de tours a Parara Puru?
Como guía turístico, llevo a la gente a conocer a los Emberá no solo para mostrarles una "comunidad nativa", sino para darles la oportunidad de conectar, como yo lo hice. Les digo a mis invitados: sean abiertos. Escuchen. Prueben la comida. Hagan preguntas. Dejen de lado las suposiciones. Lo que encontrarán no es solo una visita cultural, sino también humana. Se irán con algo que no tenían antes.
Estoy agradecido por muchas cosas en mi vida. Pero el vínculo que he forjado con el pueblo Emberá es algo sagrado. Me recuerda que, incluso en un mundo de diferencias, todavía hay espacio para la amistad, la curiosidad y la pertenencia.
Así que, si alguna vez visitas Panamá y estás listo no solo para ver, sino para sentir , acompáñame. Recorramos el río en bote. Adéntrense en la selva. Conozcamos a los Emberá de Parará Puru, no como turistas, sino como huéspedes de una comunidad que podría sentirse como en casa.
Si quieres vivir la selva desde dentro ¡contáctame!
Rica.